Tiempo de juniors
Ery Acuña Meneses
El chiapaneco más famoso de que se tenga registro en toda la historia del mundo, es Pakal. Su tumba es considerada como la más majestuosa de todos los tiempos de la humanidad. Con tan sólo 12 años de edad, a Pakal le tocó enfrentar un Estado en ruinas, quebrado y hambriento, producto de una fatídica guerra de 10 años que sus antecesores perdieron contra el señorío de Calakmul.
Allá en Palenque (reconocida ahora
como la antigua ciudad de Lacanjá), Pakal asumió el poder en el año 615 de nuestra
era –ojo: pronto se cumplen mil 400 años de su asunción al poder— y logró
edificar de las cenizas, uno de los imperios más poderosos del periódico clásico
Maya.
La herencia impuesta |
En el colmo de los casos,
está el presidente del Congreso del Estado, Noé Castañón Ramírez, hijo del Secretario
de Gobierno, Noé Castañón León. Imagínese usted, que el encargado
de la política interna del Poder Ejecutivo, tenga que negociar asuntos
relevantes de interés común con su hijo, el líder del Poder Legislativo. Estos
pasajes sólo se ven en Chiapas.
Pero revisemos el Senado de la
República. ¿Quienes nos representan? Roberto Albores Gleason, hijo del exgobernador Roberto Albores Guillén. Zoé Robledo Aburto, hijo del exgobernador Eduardo
Robledo Rincón. Luis Armando Melgar, hijo de Antonio Melgar Aranda, exsenador,
exalcalde de Tapachula, exdiputado local y exlíder del PRI en Chiapas. Y
Mónica Arriola Gordillo, hija de la maestra Elba Esther Gordillo, que sin ser
representante por Chiapas de forma directa, y siendo la “única” senadora por el
PANAL (el partido de mami), se ha asumido como representante chiapaneca ante el Senado.
Otro dato. En los últimos 30
años, tres de los 5 gobernadores que han ganado la elección, han sido hijos de
exgobernadores: Patrocinio González Garrido, hijo de Salomón González Blanco; Juan
Sabines Guerrero, hijo de Juan Sabines Gutiérrez, y Manuel Velasco Coello, nieto
de Manuel Velasco Suárez. Tres gobernadores más han sido interinos o
sustitutos, impuestos por el poder federal: Elmar Setzer Marseille, por
Patrocinio González Garrido, al ser nombrado secretario de Gobernación; Javier López Moreno, por Carlos Salinas de
Gortari, y Julio César Ruiz Ferro y Albores Guillén, por Ernesto Zedillo.
Sólo dos personajes que
ganaron una elección constitucional para gobernador, se salvan de ser descendientes directos de cacicazgos políticos. Pablo Salazar
en el 2000, quien producto de una ebullición social impostergable en Chiapas,
asumió el poder (al lado de Vicente Fox), con una alianza histórica de 8 partidos
políticos contra el PRI; y Eduardo Robledo Rincón, del PRI, quien sólo estuvo en el cargo dos
meses y días, tras una impetuosa rebeldía
impulsada por el EZLN.
Claro, no es ningún delito
que un junior llegue a ocupar un alto cargo en las altas esferas políticas. De
hecho, ha sido una práctica común a lo largo de la historia. Sin embargo, esto
habla de la ausencia de cuadros políticos alternos capaces de impulsar nuevos
liderazgos. ¿Qué ha hecho falta en Chiapas para impulsar ese tipo de liderazgos ajenos a esos cacicazgos?
Hoy, en el umbral de una
crisis económica severa heredada por el desaseo financiero de la administración
pasada, ésta amenaza en convertirse ahora en una crisis social. Muy a pesar de que
el actual gobernador, Manuel Velasco Coello, ganó cuatro a uno la elección
frente a su más cercana competidora, María Elena Orantes, y del apoyo evidente del
presidente Peña Nieto, el joven
mandatario parece no encontrar la salida, o al menos, no ha sabido comunicarla
a la sociedad chiapaneca que le dio su voto, desesperada por tener en sus manos
una brújula que le inyecte confianza.
Pablo Salazar Mendiguchía en
el periodo 2000-2006, tuvo la oportunidad de cambiar con cuadros emergentes esa
práctica social, con un triunfo acreditado que mucho debió a la insurgencia
social del EZLN. Pero no lo hizo. Regresó el poder a viejos cacicazgos del PRI
disfrazados de PRD, al imponer a toda costa a Juan Sabines Guerrero, con los
costos sociales por todos conocidos.
Los herederos de los viejos
cacicazgos políticos tienen hoy el poder en sus manos, y no parecen dispuestos
a dejarlo fácilmente. No se alcanza ver en el corto plazo, a cuadros políticos alternos
y fortalecidos para dar la batalla.
Es decir, hay juniors para rato,
aunque en condiciones sociales y económicas muy diferentes a las de sus
antepasados. Claro, la película apenas comienza, y hay que esperar si esa inconformidad
social que se palpa en el ambiente, logra cuajar alguna sorpresa más adelante.
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