domingo, 20 de mayo de 2012


DESDE EL SÓTANO

La rebelión de las plazas

Ery Acuña
El rector de una universidad chiapaneca recibió la intempestiva queja de un docente contra un joven que lanzaba gritos iracundos de forma recurrente por los pasillos de la universidad, lo que motivó al catedrático exigir al rector reprender al joven. “¿Y qué grita?", respondió el rector. “Cualquier cosa sin sentido que distrae a sus compañeros”, respondió el docente. “Si de joven no se grita, ya de viejo para qué. Si grita es porque quiere decir algo y hace bien en gritar, y ojalá lo haga más fuerte”, fue la respuesta del ilustrado rector.

Es innegable que en tan sólo dos semanas las condiciones políticas de México cambiaron. Los jóvenes tomaron o arrebataron la iniciativa, ya sea incidida o de forma natural, de manifestarse contra lo que creen un cáncer social: el PRI. Un amplio sector de la sociedad está en desacuerdo con el regreso del PRI-Salinas-Romero Deschamps-Elba Esther-Peña Nieto, un maridaje que ha demostrado en los hechos, representar a los intereses más rancios de la corrupción nacional.

Más allá de los fines partidistas que pudo o no tener la encarada protesta que enfrentó el candidato nacional del PRI, Enrique Peña Nieto, los #132 jóvenes de la Universidad Iberoamericana prendieron una mecha que puede tener repercusiones aún inimaginables en la sucesión por el poder en México para este año.

En todo caso, si las encuestas lograran avalar el triunfo de Peña Nieto hacia Los Pinos, habrá una sociedad más crítica, demandante y exigente de un cambio social verdadero, que ni en 1988 lograron expandirse con el llamado fraude electoral contra Cuauhtémoc Cárdenas. Hoy los jóvenes de muchas regiones del país tomaron las plazas y ello les ha permitido incidir en la agenda política y social del país.

Las condiciones del juego cambiaron, y nadie lo puede negar. Se percibe desde ahora que las preferencias electorales se van estrechando en el camino a la sucesión presidencial mexicano, a tan sólo poco más de un mes de la contienda electoral del 1 de julio. Pero más allá de esa engañosa y estruendosa ruta de encuestas y preferencias partidistas hacia uno u otro candidato, lo que aquí es digno de atención es esta sociedad embaucada por una intempestiva protesta juvenil que parece ir ganando terreno.

¿Qué sigue? Los jóvenes tienen la palabra y los líderes políticos tendrán que navegar contra los fuertes oleajes que se están viviendo en el impredecible océano político mexicano que, sin duda, entró en una zona de turbulencia comandada por grupos dispersos de jóvenes.

Escribió Jose Ortega y Gasset en “La rebelión de las masas”: “Es indudable que la división más radical que cabe hacer de la humanidad es ésta, en dos clases de criaturas: las que se exigen mucho y acumulan sobre sí mismas dificultades y deberes, y las que no se exigen nada especial, sino que para ellas vivir es ser en cada instante lo que ya son, sin esfuerzo de perfección sobre sí mismas, boyas que van a la deriva”.

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