En la raya
Ery Acuña Meneses
Mire que irse a vender chicles y cigarros con tan solo diez años de edad, a una ciudad donde no hablan su idioma, con el único propósito de juntar dinero para sus útiles escolares, me parece digno de una medalla nacional.
Esos 36 segundos que indignaron a México la semana pasada, con el famoso video que
muestra a un niño humillado por un funcionario menor en Villahermosa, Tabasco,
fue como una bofetada al Estado Mexicano, que se ha cruzado de brazos en el combate real a la
pobreza, y que se traduce en una enfermedad que da mordidas cada tarde en el
estómago, y los obliga a migrar más tarde, y que se conoce mundialmente como
hambre.
Aquí en San
Juan Chamula fue donde Enrique Peña Nieto arrancó su campaña a la presidencia
de la república hace apenas un año. Aquí también nació el pequeño Feliciano
Díaz Díaz, quien le mostró al mundo el
tamaño de sus pantalones.
Nació en un
paraje llamado Romerillo, donde la pobreza es hereditaria y el consumo de
alcohol, a manos llenas. Cerca de ahí, a unos 20 minutos, se localiza Las
Ollas, una comunidad que cobró fama mundial el mes pasado, cuando la gente quemó
vivos a tres maleantes que violaron y mataron a una muchacha.
Se pensó
inicialmente que Feliciano no tenía madre, pero luego supimos que sí, que se
llama Andrea, que tiene 27 años de edad, que apenas rebasa el metro 40
centímetros de estatura, y que tiene cuatro hijos. El padre de Feliciano siembra
maíz, papas, rábanos y hortalizas. No le alcanza la producción para venderlas.
Es decir, entra en el rubro de una familia que tiene un sustento que los economistas
llaman agricultura de autoconsumo.
El único
dinero en efectivo lo reciben del Programa Oportunidades cada dos meses: 800 pesos. Es decir, la familia vive con 13
pesos al día, que se traduce en poco más dos pesos para cada uno de los seis
integrantes diariamente; o lo que es igual, en una limosna, si es que hay
limosnas de a dos pesos.
En Chamula
existen unos 25 mil niños que estudian la primaria, de los cuales solamente 50 (cincuenta)
reciben la beca de “Todos a la Escuela”. Por eso Feliciano se fue a vender
chicles, para tener dinero y comprar sus útiles escolares, ahora que ya pasó a
cuarto de primaria.
La
humillación que el inspector fiscal de Villahermosa, Juan Diego López Jiménez, cometió en contra del
pequeño Feliciano, es sólo una micro representación social de la humillación
añeja, agria y sostenida, que han sufrido los niños indígenas de los Altos de
Chiapas.
Cada año,
de esta región, emergen miles de niños para engrosar las filas del ejército de
canguros que invaden las calles y los parques vendiendo chicles, dulces y
cigarros, no sólo en calles de Tuxtla Gutiérrez o San Cristóbal de Las Casas,
sino de otras ciudades lejanas para ellos, como Villahermosa, Cancún, Veracruz
y hasta el Distrito Federal.
Tuve la
suerte de que doña Andrea, la joven madre de Feliciano, me recibiera el viernes
pasado, y me platicara su historia. Pude comprobar que bajo esos llantos
impotentes del niño, se escondía una historia aguerrida y valiente en contra de
la pobreza, del hambre y del olvido.
Feliciano y
su célebre canasta pasarán a la historia como la gran bofetada que los más
pobres le dieron al Sistema Político Mexicano. Nadie olvida aquí, que aquel 30
de marzo del 2012, el entonces candidato Enrique Peña Nieto arrancó su campaña
a la presidencia de la República. Y lo
hizo no sólo ante cámaras y micrófonos, sino ante un Notario Público que dio fe
de la promesa de “desplegar un programa nacional de escuelas dignas para sus
comunidades. Quiero ser el candidato del cambio y la esperanza renovada”,
señaló.
Entonces,
señor Peña Nieto, no se olvide usted de cuando aquí le abrieron las puertas,
porque ya que hablamos del tema, fíjese usted que San Juan Chamula no está
incluida en su lista privilegiada de municipios que integran la red de la cruzada
nacional contra el hambre, y eso sí, señor presidente, eso sí, aquí y en China, no tiene nombre..
4 comentarios:
felicidades ery acuña por su nota, asi es como los mexicanos quisiéramos que todos hablaron, con la verdad y sin miedo a las represiones, porque ya estamos artos de tantas mentiras de nuestros gobiernos y de los medios de comonicacion, sea, cual sea...muchas felicidades por tan buen comentario...saludos desde la catedral del ambar y del zats...saludo.
Muchas gracias, Luis, por tus comentarios. Por cierto, esta semana vamos para allá. Saludos!!
Agradecemos que nos hayas dado a conocer la historia de este chiquillo al que hemos visto tanto en el famoso video. Dios lo bendiga, no sólo a él, sino a todos los niños de nuestro país para que tengan ese empuje, esas ganas de superarse y estudiar.
Gracias por su comentario, amigo anónimo. Este chiquillo es ejemplo de la valentía de nuestra niñez. Saludos
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