sábado, 27 de julio de 2013

El niño que sacudió a México

En la raya 

Ery Acuña Meneses

Mire que irse a vender chicles y cigarros con tan solo diez años de edad, a una ciudad donde no hablan su idioma, con el único propósito de juntar dinero para sus útiles escolares, me parece digno de una medalla nacional.

Esos 36 segundos que indignaron a México la semana pasada, con el famoso video que muestra a un niño humillado por un funcionario menor en Villahermosa, Tabasco, fue como una bofetada al Estado Mexicano, que se  ha cruzado de brazos en el combate real a la pobreza, y que se traduce en una enfermedad que da mordidas cada tarde en el estómago, y los obliga a migrar más tarde, y que se conoce mundialmente como hambre.

Aquí en San Juan Chamula fue donde Enrique Peña Nieto arrancó su campaña a la presidencia de la república hace apenas un año. Aquí también nació el pequeño Feliciano Díaz Díaz, quien  le mostró al mundo el tamaño de sus pantalones.

Nació en un paraje llamado Romerillo, donde la pobreza es hereditaria y el consumo de alcohol, a manos llenas. Cerca de ahí, a unos 20 minutos, se localiza Las Ollas, una comunidad que cobró fama mundial el mes pasado, cuando la gente quemó vivos a tres maleantes que violaron y mataron a una muchacha.

Se pensó inicialmente que Feliciano no tenía madre, pero luego supimos que sí, que se llama Andrea, que tiene 27 años de edad, que apenas rebasa el metro 40 centímetros de estatura, y que tiene cuatro hijos. El padre de Feliciano siembra maíz, papas, rábanos y hortalizas. No le alcanza la producción para venderlas. Es decir, entra en el rubro de una familia que tiene un sustento que los economistas llaman agricultura de autoconsumo.  

El único dinero en efectivo lo reciben del Programa Oportunidades cada dos meses:  800 pesos. Es decir, la familia vive con 13 pesos al día, que se traduce en poco más dos pesos para cada uno de los seis integrantes diariamente; o lo que es igual, en una limosna, si es que hay limosnas de a dos pesos.

En Chamula existen unos 25 mil niños que estudian la primaria, de los cuales solamente 50 (cincuenta) reciben la beca de “Todos a la Escuela”. Por eso Feliciano se fue a vender chicles, para tener dinero y comprar sus útiles escolares, ahora que ya pasó a cuarto de primaria.

La humillación que el inspector fiscal de Villahermosa, Juan  Diego López Jiménez, cometió en contra del pequeño Feliciano, es sólo una micro representación social de la humillación añeja, agria y sostenida, que han sufrido los niños indígenas de los Altos de Chiapas.

Cada año, de esta región, emergen miles de niños para engrosar las filas del ejército de canguros que invaden las calles y los parques vendiendo chicles, dulces y cigarros, no sólo en calles de Tuxtla Gutiérrez o San Cristóbal de Las Casas, sino de otras ciudades lejanas para ellos, como Villahermosa, Cancún, Veracruz y hasta el Distrito Federal.

Tuve la suerte de que doña Andrea, la joven madre de Feliciano, me recibiera el viernes pasado, y me platicara su historia. Pude comprobar que bajo esos llantos impotentes del niño, se escondía una historia aguerrida y valiente en contra de la pobreza, del hambre y del olvido.

Feliciano y su célebre canasta pasarán a la historia como la gran bofetada que los más pobres le dieron al Sistema Político Mexicano. Nadie olvida aquí, que aquel 30 de marzo del 2012, el entonces candidato Enrique Peña Nieto arrancó su campaña a la presidencia de la República.  Y lo hizo no sólo ante cámaras y micrófonos, sino ante un Notario Público que dio fe de la promesa de “desplegar un programa nacional de escuelas dignas para sus comunidades. Quiero ser el candidato del cambio y la esperanza renovada”, señaló.

Entonces, señor Peña Nieto, no se olvide usted de cuando aquí le abrieron las puertas, porque ya que hablamos del tema, fíjese usted que San Juan Chamula no está incluida en su lista privilegiada de municipios que integran la red de la cruzada nacional contra el hambre, y eso sí, señor presidente, eso sí, aquí y en China, no tiene nombre..


4 comentarios:

Unknown dijo...

felicidades ery acuña por su nota, asi es como los mexicanos quisiéramos que todos hablaron, con la verdad y sin miedo a las represiones, porque ya estamos artos de tantas mentiras de nuestros gobiernos y de los medios de comonicacion, sea, cual sea...muchas felicidades por tan buen comentario...saludos desde la catedral del ambar y del zats...saludo.

Ery dijo...

Muchas gracias, Luis, por tus comentarios. Por cierto, esta semana vamos para allá. Saludos!!

Anónimo dijo...

Agradecemos que nos hayas dado a conocer la historia de este chiquillo al que hemos visto tanto en el famoso video. Dios lo bendiga, no sólo a él, sino a todos los niños de nuestro país para que tengan ese empuje, esas ganas de superarse y estudiar.

Ery dijo...

Gracias por su comentario, amigo anónimo. Este chiquillo es ejemplo de la valentía de nuestra niñez. Saludos