Otra vez... perdido
Dulcinea,
de fuego
que me quemas
A qué te sabe mi pene
cuando lubricas tus ansias
Rodaja de mar
en que me pierdo
Quiero ser un minuto
Don Quijote de La Mancha
recostarme de bruces
en los molinos blancos de tus pechos
Reposar mi adarga erecta
en esa cueva blanda
en que me pierdo
cuando me abres tu océano
entre las piernas
Dulcinea
de arenas pantanosas
tu boca no es de miel
pero así sabe
Y esa sabia que brota
de tu boca franca
me perturba
a borbotones
--hasta—
la mañana más mansa
de mi vida.
(EAM)
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