A Marisa Trejo Sirvent
Uno se acerca a ti....
y aprende
en el instante mismo
en que apareces...
a jugar
a ser poeta.
Ese hombre
de ojos de monte fresco... que te sigue
por tu cuerpo
tu pensamiento
tus ilusiones
tus deseos
tus noches que no amanecen...
es mi hermano claro
(no blanco)
digo claro,
transparente.
Bendito tu aliento
tus manos de Diosa cocinera
en que mi hermano se pierde.
Te llamas Marisa
igual que la hermana muerta
... que me duele.
Dios las bendiga, hermanas Marisas,
hasta el último aliento.
(EAM)
2 comentarios:
No conocía esta dimensión de tu pluma. Es lindo escribir, es muy lindo llenarse el tiempo de palabras. Con cariño Gisele
Querido Ery:
Me encantó el poema y descubrí la enorme sensibilidad poética que tienes. Un abrazo cariñoso. Marisa Trejo Sirvent
Publicar un comentario